Traducido por: Laura Vallejo
Especial para el Intermountain Catholic
La madre y padre de Mohammed fallecieron cuando era un pequeño niño en Muanmar, también conocido como Burma. El y su hermano menor, fueron dejados al cuidado de su tía, quien ya tenía cuatro hijos a quien cuidar.
La villa en donde Mohammed creció era una villa de pescadores, así es que desde que aprendió a caminar aprendió a estar en el agua, a manejar una red y a atrapar pesados. Los Rohingya en su área no tenían acceso a la educación a menos de que pudieran solventar las tarifas del pueblo más cercano- la familia de Mohammed no lo podía hacer pro lo que le contribuía a los gastos de la familia trabajando como pesacdor.
Los Rohingya regularmente son perseguidos por otros habitantes de Myanmar, la mayoría del país es budista, y los Rohingya son musulmanes. Frecuentemente son sacados de sus hogares, y frecuentemente asesinados en masas cuando los conflictos se desatan, Las redadas sucedían ocasionalmente en la villa de Mohammed y el quería poder aportar una mejor vida para su familia. La familia después de una redada muy mala decidió enviarlo en bote a Tailandia con la esperanza de que encontraría una mejor oportunidad.
Mohhammed, quien entonces era un chico de 9 años de edad, se fue en un bote con cientos de personas a otra región de Rohingya donde pasaron 27 días en el mar. La comida se acabó rápidamente, y las personas que se quejaban eran sometidas a golpes. Muchas personas del bote murieron en alta mar, pero Mohammed sobrevivió la travesía. Una vez en Tailandia, fue detenido en un centro de detención junto a otros hombres, raramente se le permitía salir y no tenía ni acceso a cuidados médicos ni a la educación.
Ahí, un alto comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados registro a Mohamemd como refugiado y después de dos años de pasar por un proceso se le permitió a Mohammed reasentarse en Salt Lake City.
Desde que llegó hace tres años, Mohammed ha pasado de no poder leer y escribir en ningún lenguaje a estar a nivel de noveno grado; paso de no hablar nada de inglés a ahora tener un inglés fluido; nuevamente ha aprendido a ser parte de una familia a través de su colocación en un hogar adoptivo. A Mohammed le encantan las matemáticas y planea ser u ingeniero. CAda vez que puede le envía dinero que obtiene con sus trabajos (pues tan solo tiene 15 años de edad) a su familia y suena con alguna día reunirse con su hermano menor. No hay día que pase sin preocuparse por la seguridad y bienestar de su familia y extraña las aguas en donde creció. Es un hijo amoroso y un hermano en su familia adoptiva y disfruta a cada persona que conoce. Todavía practica su fe y asiste a la mezquita cuando el horario de su escuela se lo permite-ha aprendido a salir adelante ya a aceptar la cultura americana. Mohammed es un maravilloso ejemplo de la resiliencia y de la bondad que existe en medio de la persecución y del dolor.
Este es el primer perfil de una serie de perfiles de refugiados inmigrantes que han sido ayudados a través de Catholic Community Services de Utah como parte de la Campaña de Inmigracion del Papa Francisco.
Cortesia de CCS
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